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Sproketcampeon. Escuela Barbiana.25 de octubre de 2008.
miércoles, 25 de marzo de 2009
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Sproketcampeon. Escuela Barbiana.25 de octubre de 2008.
Cartas a una maestra:
ResponderEliminarEl hombre es un producto de su historia. Si hacemos un ejercicio de reflexión podremos ver el tipo de maestro que podríamos llegar a ser en un futuro. Es algo que muchas veces me he planteado, ¿estaré capacitado para ser profesor? ¿Por qué quiero ser profesor? A la primera pregunta tardé varios años en ser capaz de responderla, y aún hoy a veces me cuestiono si algún día seré el ideal de profesor que yo siempre he deseado. Sin embargo a la segunda pregunta siempre he sabido la respuesta, quiero ser profesor para dar todo lo bueno que tengo dentro, lejos de todo conocimiento académico que en parte hasta un alumno de quince o dieciséis años podría transmitir, lo que puedo compartir es una manera de ser, una manera de entender al mundo como una gran fuete de información que se puede adquirir y donde no existe un límite que te pare excepto el propio placer por aprender. Yo no sé dibujar, o eso me hicieron entender hace ya muchos años, yo no tengo una capacidad para la música o eso es lo que me mostraron hace tiempo. Pero lo más grave de todo es que yo no valía para estudiar, para saber, o eso fue lo que me dijeron. Hoy se que eso no es así. No seré Goya o Mozart, no compondré un bolero o pintaré un cuadro precioso, pero eso será porque no quiero hacerlo, no porque no pueda. Sin embargo si puedo hacer otras cosas porque me apetece hacerlas, cuando algo no lo sé, cuando desconozco algo necesito aprenderlo, necesito saber cómo funciona, ese es el verdadero concepto que quiero transmitir, esa es la cualidad que en mí existe y que deseo compartir, el gusto por aprender.
Cuando comencé a leer el libro de los alumnos de la escuela Barbiana no pude parar; en esas páginas se encuentra una denuncia clara contra aquellos que en su día dijeron lo que podía o no podía hacer, pero también una advertencia directa contra mí como futuro maestro ¿vas a ser igual?
El libro nos cuenta otra manera de actuar, otra manera de ser maestros, pero de serlo a cuerpo entero, dejando a un lado toda tara que antes nos inculcaran los maestros que tuvimos detrás y que en muchos casos solo estaban en esa clase para cubrir el expediente.
La primera denuncia que el libro hace se refiere a la necesidad de cambiar la manera de educar, de cómo “señalamos” a los que son válidos de los que no lo son, sin fijarnos en la historia que está detrás, esa realidad en la que los chicos se encuentran en su vida diaria, en la que no todos tienen el mismo acceso a la cultura, las mismas posibilidades de adquirir unos conocimientos que creemos como sólidos, generando grandes fracturas sociales que les perpetúan como eslabón débil de la cadena.
La segunda denuncia son los conocimientos que transmitimos. ¿Qué es lo que transmitimos? Creemos que un chico debe aprender una serie de conocimientos dentro de unas etapas claras, pero no nos paramos a darnos cuenta de si en realidad eso es lo que el chico necesita. ¿No sería mejor dotarles de un gusto por aprender? Si no alcanzan los varemos establecidos los tachamos de “insuficientes” y les hacemos volver a cursar el mismo curso, creando en el alumno una sensación de fracaso e incompetencia que a la larga puede llegar a condenarlo como eslabón débil de la cadena, perpetuando un sistema injusto de pobreza y desigualdad. ¿No estaremos errando en el método utilizado para enseñar? Enseñamos los idiomas de manera que aprendan una serie de rectitudes que a la hora de llevarlo a la vida real les es imposible compatibilizarlos, ¿qué es mejor?¿Saber escribir el rio lleva agua en otro idioma o ser capaces de mantener una conversación con una persona de fuera?
La tercera es un golpe contra todos aquellos que dicen ser maestros, pero que escogieron esta profesión no por el amor a enseñar, no por la lucha contra la desigualdad, sino por un trabajo muy bien remunerado y con unas condiciones muy ventajosas. Estos maestros se han olvidado que trabajan para los pobres, que son ellos los que les pagan el sueldo, que son ellos los que les confían a sus hijos, y que su labor debería de ser mucho más comprometida por que su responsabilidad asé les es dada. Un maestro no solo debería trabajar veinticinco horas semanales, eso es un insulto contra todos aquellos que les pagan su sueldo, los cuales destinan una gran parte de sus ingresos para que ayuden a que sus hijos sean mejores, pero estos haciendo caso omiso no se dedican en cuerpo y alma a esta labor. Como proponen los autores del libro, el trabajo de maestro tendría que ser a jornada completa, trabajando las mismas horas que cualquier otro trabajador, sin dar ninguna clase extra, ya que estas solo pueden ser costeadas por aquellos que más recursos tienen, en contraposición, estos maestros deberían usar la escuela para realizar esta labor, acompañar al alumno durante todo el día, y no solo durante el momento que duran sus clases, trabajando con ellos durante como mínimo las ocho horas que trabajan sus verdaderos jefes, que son los pobres que costean sus sueldos.
Para mí este libro supondrá un antes y un después en mi formación como maestro. Creo realmente que lo que este libro transmite es una manera de ver la educación mucho más correcta que la que en mi han empleado. ¿Me importaría trabajar ocho horas con el sueldo de maestro que existe actualmente? Mi respuesta es que no, de hecho creo que así sería más justo, ¿abandonaré algún chico porque vaya más atrasado? Aquí daré similar respuesta, no, lucharé por que ningún chico se quede atrás. No sé lo que me deparará el futuro, pero lo que si se es que en mi se han quedado gravados los ideales de la escuela de Barbiana.
Tres legados hay en el acto de amor y en el arte de educar, hacia sus alumnos, del Padre Milani: Despertó el hábito de la lectura, desarrlló la capacidad de hablar en sus alumnos y les enseñó a poner por escrito las ideas críticas.
ResponderEliminarHola maestro, soy Melissa Martínez del grupo 456.
ResponderEliminarBueno, realmente me pareció muy interesante esta historia, creo que el Padre tuvo muchas ideas que llevo a la práctica, la mayoría de ellas muy buenas. Por ejemplo la educación que les impartió a sus alumnos fue muy buena, aunque hay puntos en los que no estoy de acuerdo, pues en efecto es muy importante el estudio, pero también creo que su idea acerca del futbol no era buena, pues creo que aparte de el estudio, era importante el deporte, y en ese aspecto me gusto la idea de la piscina. También se me hizo interesante el hecho de que en las imágenes de la escuela aparecían muy pocas niñas y creo que eso no era bueno, pues como sabemos ahora, es importante la igualdad. De ahí en fuera creo que fue una persona que ayudo mucho a los niños a tener una educación buena y sobre todo divertida. Creo que esta historia nos enseña que podemos lograr las cosas cuando de verdad las deseamos, por que como dice usted no podemos decir “no se” y también creo que no es posible el “no puedo”, porque las cosas se pueden hacer, solo hay que querer.
Hola profesor soy Alejandro M. Rodriguez Balcazar del grupo 457.
ResponderEliminarPues le quiero decir que me gusto el documental ya que nos muestra lo que es un verdadero maestro y como es cuando una persona de verdad quiere que los demas aprendan y no solo enseña para ganar dinero.
Y la forma de enseñar de Milani era muy buena, ya que nadie se quedaba atras,todos participaban y se ayudaban unos con otros.
Gracias a el todos tubieron las armas para poder defenderse en su vida laboral.